En la mañana del Domingo 24 de enero, en la Misa de 12, los niños de nuestra Parroquia han celebrado de forma especial la Jornada de la Infancia Misionera, una de las cuatro Obras Misionales Pontificias, este año con el lema “Gracias”.
La celebración ha comenzado con la entrada en procesión de cinco niños portando cirios de los colores misioneros, rojo por América, verde por África, blanco por Europa, Amarillo por Asia y Azul por Oceanía, Jesús (que hoy se estrenaba de monaguillo) con el cartel de la jornada y Juan Carlos, nuestro párroco. Procesión que es signo de lo que es Infancia Misionera, niños que evangelizan a otros niños, de los cinco continentes. Niños del primer mundo que rezan y sacrifican parte de sus ahorros por ayudar a los niños del tercer mundo, a través de los misioneros.
Toda la celebración ha tenido un marcado carácter festivo, y ha sido muy participada por los más pequeños de nuestra Parroquia, siempre ayudados de cerca por sus catequistas.
Las Lecturas nos hablaban del Día consagrado al Señor, día de acción de gracias y de escucha de su Palabra, Palabra que en el Evangelio se hacía carne en Jesucristo, el Mesías, el Salvador, Dios con nosotros.
Para que el lema de la Jornada quedase muy claro, en la homilía siete pequeños voluntarios salían al altar portando carteles con motivos por los que debemos dar las gracias cada día:
- Gente: por tantas personas que trabajan para nosotros cada día, en muchas ocasiones sin nosotros saberlo.
- Recreo: por los ratitos de ocio de los que podemos disfrutar, descanso del colegio, del trabajo y de la dura jornada
- Amigos: un tesoro que tantas veces no valoramos, y que debemos cuidar y mantener a lo largo de nuestra vida.
- Casa: por nuestra familia, nuestro hogar.
- Iglesia: por nuestra familia de fe, de la que todos formamos parte desde nuestro bautismo. Cuerpo místico de Cristo, como nos decía San Pablo en la segunda Lectura. Muchos miembros pero un solo Espíritu. Donde crecemos en el seguimiento de Jesús, escuchamos su Palabra, recibimos los sacramentos y damos lo mejor de nosotros mismos a los demás, en especial, a los más necesitados
- Amor: por tanto amor que nos rodea y también por el que nosotros podemos dar a los demás. Que sería de nuestra vida sin el amor…
- Salud: algo tan necesario y que solo agradecemos cuando nos falta.
Juan Carlos hablaba a los niños de la importancia tanto de ser agradecidos como de demostrarlo. Agradecer un detalle que alguien tiene con nosotros, y luego no demostrarlo, es como preparar un bonito regalo con su envoltorio y luego no entregarlo. Hay tantos servicios, detalles, alegrías que recibimos cada día…y muchas veces sin merecerlo.
Para finalizar, y una vez el coro entonó el tan sugestivo canto de “Alma Misionera”, toda la comunidad rezó la oración de la Jornada acompañando a los niños:
Señor, Tú nos escuchas cuando rezamos;
entras en nuestra vida y nos das fuerza
para construir un mundo mejor y más bonito.
Por eso te decimos: "¡Gracias!".
Señor, a través de tu Palabra, la Biblia,
nos das a conocer lo bueno que eres con nosotros
y nos enseñas a compartir y a ser solidarios.
Por eso te decimos: "¡Gracias!".
Señor, nos encanta descubrir que cada persona
y los diferentes pueblos de la Tierra
son un don tuyo, un regalo que nos haces.
Por eso te decimos: "¡Gracias!".
Señor, nos has hecho parte de una gran familia
que se llama "la Iglesia" y que es misionera,
porque lleva la Buena Noticia a todos.
Por eso te decimos: "¡Gracias!".
Haz, buen Dios, que seamos siempre agradecidos,
como nuestra Madre, la Virgen María. Amén.
Es hermoso ver como nuestra comunidad parroquial se ha volcado una vez más para ayudar a los más pequeños a vivir esta Jornada tan especial. Ellos son presente y futuro de la Iglesia, y su misión evangelizadora no es menos importante que la de los mayores, tal y como supo ver, hace más de 170 años, el obispo francés Mons. Charles de Forbin-Janson, fundador de Infancia Misionera.