Crónica del retiro parroquial de Adviento

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El sábado 26 de noviembre las Parroquias de San Servando y San Germán y la de Santa Ana, celebraban conjuntamente su tradicional Retiro de Adviento en la Parroquia de Ntra. Sra. de Europa, de la vecina localidad de Chiclana.

A pesar de las condiciones meteorológicas adversas, cerca de medio centenar de personas de ambas comunidades participaban en este día de oración, fraternidad y convivencia.

La jornada comenzaba con el rezo de Laudes, y a continuación, unos puntos de meditación ofrecidos por el padre Pedro Velo, que insistió en la necesidad de tener sed de la venida del Señor, ya que sin ese deseo el adviento quedaría sin sentido. “Adviento -decía-, no es simular que Dios nace nuevamente, ni quedarse solo en la espera de su venida al final de los tiempos. Es abrir nuestros corazones para descubrir la venida del Señor en cada día, en los acontecimientos de nuestra vida y en las personas que nos encontramos a lo largo de ella. En especial, en los pobres y débiles. Y, desde esa visión, dar una respuesta desde la fe, haciendo presente el Reino de Dios en nuestro mundo”.

El padre Pedro animaba a todos a vivir el Adviento con “esperanza”, como gente que anhela una vida distinta, una vida nueva, fraterna, y sabe que puede hacerla posible porque Dios nunca nos abandona si confiamos en Él; con “alegría”, porque estamos convencidos de que el Señor está cerca y nos trae la salvación; y con “espíritu orante”, para que nuestra espera no sea una espera pasiva.

Para el tiempo de silencio y meditación ante el Santísimo Sacramento, nos ofrecía tres preguntas:

      1. ¿Qué es para ti el Adviento?
      2. ¿Cómo celebras el Adviento?
      3. ¿Qué cambios deseas que produzca en ti el Adviento ante la próxima venida del Señor?

Una vez transcurrido ese tiempo, se ponían en común las respuestas a la que había llegado cada persona, y el padre Juan Carlos nos ofrecía una reflexión sobre qué “legañas” entorpecían nuestra visión de la venida del Señor, legañas del egoísmo, del cumplimiento, de la venganza, de la intolerancia,…

Concluida esta reflexión, se preparó el salón para el almuerzo en el que se compartió lo que cada persona había traído, momento en el que salían a relucir las artes culinarias de muchos miembros de la comunidad. La comida, como siempre, momento de fraternidad y convivencia

Después del almuerzo, nuevamente el padre Juan Carlos nos presentaba una simpática dinámica sobre la necesidad de Dios en nuestra vida, reflejada en qué sería Dios si fuésemos un coche, un teléfono móvil, una caja fuerte, un mueble, un río…. Al final, la pregunta: Si fuera la persona que va a llegar a mi vida ¿Dios sería mi invitado?

Para el rezo de vísperas y la Santa Misa, nos desplazábamos al Convento de las Agustinas Recoletas de Chiclana, conociendo así de cerca la experiencia del cenobio y de la vida contemplativa de las monjas de clausura. La comunidad nos recibió con muchísimo cariño y participó con sus cantos en la celebración de la eucaristía con la que se iniciaba litúrgicamente el tiempo de Adviento. Al finalizar la Misa se entregó a cada una de las siete monjas una hermosa cruz como recuerdo de este día, junto con una estampa del Papa Francisco también a todos los participantes en el Retiro. Algunos de nuestros feligreses quisieron llevar a sus familias la riquísima torta de almendras que preparan estas religiosas, y con la cual se ayuda a las necesidades de la comunidad.

Se concluyó el día dando gracias por tanto don cómo se había recibido, y pidiendo al Señor que su gracia empapara nuestros corazones para prepararlos a su Venida, tal y como la lluvia había empapado los campos y calles de Chiclana.